
Entrevista a VICTOR DE LORENZO PRIETO
Profesor de Investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología desde 1999. Licenciado en Químicas por la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Ciencias por la Autónoma de Madrid. Durante los primeros años de su etapa postdoctoral realizo varias estancias en centros como el Instituto Pasteur (Francia), la Universidad de Berkeley (EEUU) o la Universidad de Ginebra (Suiza). Su grupo de investigación trabaja en tres líneas de trabajo: el estudio de mecanismos moleculares que conectan las señales medioambientales con la fisiología bacteriana y la activación transcripcional, el uso de química/biología combinatoria en sistemas con relevancia medioambiental, y la modificación de bacterias del suelo para la detoxificación de contaminantes medioambientales. Entre las numerosas distinciones recibidas a lo largo de su carrera científica, destacar el Premio Jaime I en Investigación Medioambiental (2001), el premio GlaxoSmithKline de la Sociedad Americana de Microbiología (2008) o el Gran Premio de la Academia de Ciencias del Instituto Francés del Petróleo (2008).
¿Cuál es el motivo de su visita a la Delegación?
Esta vez la visita a la Oficina del CSIC en Bruselas era para celebrar una importante reunión de seguimiento de un Proyecto del Programa H2020 en el que estoy involucrado. En este caso concreto, la investigación sobre la que gravita el consorcio tiene que ver con la domesticación de algunos microorganismos medioambientales para aplicaciones industriales mediante técnicas de lo que ahora se llama Biología Sintética. La reunión ha tenido unos 30 participantes de 8 países y hemos distribuido el tiempo entre presentaciones sobre el progreso realizado en el último año, talleres prácticos sobre gestión de datos y una sesión formal de evaluación por parte de funcionarios científicos de la Comisión Europea.
¿Qué le parecen las instalaciones?
La embajada del CSIC en Rue du Trône es realmente un magnífico lugar de encuentro en todos sus aspectos. Especialmente por su ubicación en el corazón del Barrio Europeo, sus prestaciones y su equipamiento para reuniones de trabajo. Pero sobre todo, también por la admirable profesionalidad de los que allí trabajan, desde su Director, al Gerente y a todo el personal de apoyo. Como no podía ser de otra manera, los socios del Proyecto que se han reunido aquí unos días han quedado encantados y deseando repetir para próximos eventos. El CSIC ofrece con estas instalaciones en el corazón de Europa la mejor cara de la Ciencia que se hace en España.
¿Viene con frecuencia a Bruselas?
La primera vez vine como evaluador de proyectos en el año 1989, ¡ha llovido desde entonces! Yo aún trabajaba en Alemania y los Programas Marco estaban todavía en su infancia. Desde entonces he venido muchas docenas de veces a la CE en Bruselas para todo tipo de actividades: seguimiento de proyectos, evaluaciones, comités de expertos etc. Durante dos años compartí con Anne Glover la co-presidencia del PSTAC (President’s Science and Technology Advisory Council) hasta la salida de Barroso de la Presidencia de la CE. Después de eso, la verdad es que ya no sé en qué más líos me puedo meter en esta ciudad. Ojalá muchos de mis colegas españoles vinieran también por aquí con más frecuencia para defender y visibilizar sus investigaciones.
Para los no expertos ¿Podría explicarnos el objetivo del proyecto “EmPowerPutida: Exploiting native endowments by re-factoring, re-programming and implementing novel control loops in Psedomonas putida for bespoke biocatalysis” (http://www.empowerputida.eu) financiado por el H2020?
Para el público en general, los microorganismos tienen muy mala reputación porque algunos (una ínfima minoría) causan enfermedades. Sin embargo, el medio ambiente es una fuente inagotable de bacterias que ejecutan reacciones químicas asombrosas. Y lo hacen de forma mucho más sostenible y amigables con el entorno que cuando las realiza la industria química tradicional. Una de estas bacterias (que tiene el exótico nombre Pseudomonas putida) es particularmente interesante porque está habituada a vivir en sitios contaminados por residuos tóxicos y aguanta perfectamente condiciones de vida y de trabajo muy duras. Nuestra misión en el Proyecto EmPowerPutida es domesticar y reprogramar este microorganismo para que funcione como un catalizador inteligente en procesos industriales.
¿Por qué dice en su twitter que es uno de los mejores proyectos en los que ha participado?
Tras trabajar muchos años con Pseudomonas putida comenzamos a ver los dividendos biotecnológicos de todo el esfuerzo de investigación hecho hasta ahora para comprender aspectos fundamentales de esta bacteria. Por primera vez veo a grandes empresas químicas y farmacéuticas interesadas de verdad en el potencial del microorganismo para producir moléculas de considerable valor añadido, desde biocombustibles a precursores de polímeros y productos químicos finos. En este proyecto estamos solucionando los problemas metodológicos que aún limitan estas aplicaciones y por tanto estamos moviendo muy hacia arriba el nivel de usabilidad industrial de estas nuevas tecnologías.
El consorcio de este proyecto está formado por socios pertenecientes al mundo académico y al empresarial ¿qué particularidades encuentra cuando academia e industria trabajan juntos en un proyecto?
En no pocos proyectos Europeos, la presencia de grandes empresas suele ser puramente testimonial, como una forma de apoyar de forma genérica la investigación hecha por un cierto consorcio amigo. Pero en realidad su implicación en el trabajo es a menudo escasa, debido sobre todo a su preocupación por la propiedad intelectual. Muchas empresas consideran a los científicos demasiado bocazas como para compartir información valiosa con ellos. Las pequeñas y medianas empresas de base tecnológica (spinoffs) suelen ser más proclives a trabajar codo a codo con el mundo académico y a moverse en un entorno de Acceso Abierto. En EmPowerPutida tengo que decir con satisfacción que la actitud de las empresas que participan ha evolucionado desde una presencia inicial bastante escéptica hacia una mayor confianza, implicación y entusiasmo creciente por el proyecto. Esto se debe claramente a tener ya los frutos al alcance de la mano.
Fue miembro del Advisory Group on Science and Technology del anterior presidente de Comisión Europea, Jose Manuel D. Barroso ¿nos podría decir qué le pareció y qué le aportó la experiencia?
El Presidente Barroso, tan criticable por otras muchas cosas, tuvo el coraje en su día de saltarse el mastodóntico sistema de consultas sobre temas científicos que imperaba en la CE a su llegada y buscar directamente el consejo de este grupo de investigadores cualificados y respetados en sus especialidades. Pero desde el primer momento, el stablishment científico de la Comisión (en particular el JRC) consideró un insulto que el Presidente prestara mas atención al PSTAC que a sus respectivos departamentos. Lamentablemente, los de dentro se encargaron activamente de boicotear esta iniciativa a lo largo de su corta vida. Aun así, el equipo liderado por la formidable Anne Glover (que actuó de Consejera Científica Principal) consiguió llevar a la agenda política europea la cultura de toma de decisiones basada en la evidencia científica. Creo que esto ha perdurado en la Comisión incluso tras la disolución del PSTAC. El documento final del Grupo titulado The Future of Europe is Science es la herencia de ese periodo de tiempo del que me siento más orgulloso.
Comparativamente, ¿Qué opinión tiene del actual Scientific Advice Mechanism (SAM) ?
Aunque con funciones considerablemente aguadas si las comparamos con el antiguo PSTAC, el SAM es ciertamente mejor que no tener nada. Los científicos que forman su grupo dirigente son investigadores y profesionales muy respetados, alguno de hecho ya estaba en el antiguo PSTAC (por ejemplo, el matemático francés Cedric Villani). Pero su interlocutor no es el Presidente de la CE (Juncker) sino el Comisario de Investigación (Moedas), lo que filtra, rebaja y de alguna forma domestica el impacto que pueda tener la evidencia científica sobre la máxima autoridad Europea. Con el SAM se vuelve en gran medida a un mecanismo de consultas científica de abajo arriba, por ejemplo a través de las Academias y Agencias de los Estados miembros, que típicamente representan los intereses nacionales y contaminan las opiniones sobre temas sensibles.
Si estuviera en su mano el diseño del futuro Programa Marco de Investigación e Innovación, ¿qué eliminaría o añadiría a nivel administrativo?
Llevo participando en proyectos Europeos desde el 4º Programa Marco (el que viene es el 9º, creo!) y en cada nuevo esquema hay menos Ciencia y más carga administrativa y de gestión (no quiero usar el manido término burocracia). Un Proyecto de investigación, aunque sea con una orientación específica a un problema, no puede formalizarse como un mero desarrollo industrial. Es absurdo que los Proyectos del H2020 tengan que incluir una sección de Impacto en el que en realidad se espera un detallado plan de negocio. Ya es un estándar que los consorcios solicitantes subcontraten empresas de consulting especializadas para escribir esas partes sobre las que, típicamente, los investigadores apenas saben nada. El resultado es una sección sobre aplicabilidad que ayuda al éxito del Proyecto pero es en buena parte ficticia. Me gustaría que los que elaboran el nuevo PM sean inventivos para anclar adecuadamente en la realidad sus demandas de utilidad de los proyectos.
¿Y respecto a su área científica en concreto?
Espero que el Programa de Trabajo de lo que venga reconozca a la Biotecnología moderna como una de las parteras de la 4a Revolución Industrial. Pero para que esto suceda hay que apostar por el desarrollo de tecnologías fundacionales (por ejemplo, la Biología Sintética) en vez de insistir en una aplicación inmediata (que no se puede dar sin lo primero). También espero que se revisiten de una vez los corsés a la creatividad impuestos por las legislaciones y regulaciones sobre la propiedad intelectual. Estas proceden del siglo XIX e ignoran que vivimos un tiempo donde es inútil poner barreras a la información. Finalmente, la Biotecnología del siglo XXI debe adoptar (incluso imponer el algunos casos) estándares rigurosos que acerquen mucho más el campo a la ingeniería de verdad.
¿Hacia dónde va la Biotecnología?
En una reunión reciente del Foro Económico Mundial en Dubai en la que participé, se identificaron nueve desarrollos de la Biotecnología con un poder transformativo en la próxima década: [i] el diseño de genomas, [ii] la ingeniería del microbioma, [iii] las técnicas de rejuvenecimiento, [iv] la crio-preservación, [v] los nuevos biomateriales, [vi] los bio-procesos por demanda, [vii] los diagnósticos genéticos [viii] la comida funcionalizada y [ix] la bio-remediación a escala global. No hay duda de que veremos avances espectaculares en estos temas y espero que Europa y España tengan su parte en este esfuerzo investigador. Pero no quiero dejar de resaltar que ninguno de los desarrollos [i] al [viii] será posible si no intervenimos cuanto antes no sólo para controlar, sino también revertir el cambio climático que lleva a nuestro planeta al seguro desastre. Y por ello me gustaría dedicar el resto de mi carrera científica a centrarme en el desarrollo [ix]. Una vez más serán las bacterias ambientales nuestras grandes aliadas para abordar un problema que solo ellas, por su cantidad y sus increíbles actividades, serán capaces de remediar.