JOSE LUIS PONS

Entrevista a JOSE LUIS PONS

Ingeniero Industrial por la Universidad de Navarra (1992), obtuvo el doctorado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid en 1997. En 1999 obtuvo la plaza de Científico Titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el Instituto de Automática Industrial. Tras ocupar brevemente en 2007 el puesto de Investigador Científico en el mismo centro, desde 2008 es Profesor de Investigación del CSIC, inicialmente en el Centro de Automática y Robótica y desde julio de 2014 en el Instituto Cajal. Actualmente dirige el Grupo de Neuro-Rehabilitación en dicho centro, donde se investiga en el ámbito de la tecnología al servicio de la rehabilitación física y la valoración funcional de trastornos neurológicos. Sus intereses científicos abarcan ámbitos tales como la Robótica de Rehabilitación, la neuroprotésica, las neurociencias y el control motor.

Coordinador de más de una decena de proyectos desde el V Programa Marco, experto evaluador de proyectos europeos y colaborador de la División de Coordinación, evaluación y seguimiento científico y técnico de la Agencia Estatal de Investigación.

Hace aproximadamente 20 años centró su investigación en la bioingeniería, como punto de unión entre la ingeniería y la medicina. Inicialmente se centró en el ámbito de la protésica de miembro superior pero la línea de investigación rápidamente evolucionó hacia los exoesqueletos robóticos. Para un profano en la materia, ¿qué es el exoesqueleto y cuáles son sus principales aplicaciones?

Un exoesqueleto robótico es un robot que se viste, tanto en miembros superiores como en inferiores aunque recientemente hay grupos que los extienden hasta zonas lumbares. Tienen articulaciones que se disponen en paralelo con las articulaciones anatómicas. Aplican fuerzas sobre los segmentos de las extremidades con el fin de potenciar la capacidad de movimiento humano. Si se aplican a personas con daño neurológico el objetivo es rehabilitar los trastornos físicos, si se aplican a sujetos sanos el fin es potenciar la capacidad de movimiento mas allá de los naturales o proteger estructuras corporales frente a esfuerzos excesivos.

Con motivo de la concesión del proyecto H2020 “INBOTS”, ha venido a la delegación a una reunión con la Comisión Europea y con EU Robotics. ¿Nos podría dar más detalles de la reunión y del proyecto?

INBOTS CSA es una Accción de Coordinación y Apoyo que se va a centrar en analizar aspectos horizontales relacionados con el desarrollo, implantación y uso de lo que denominamos robots interactivos. Los exoesqueletos son un ejemplo de estos robots, aunque también estudiaremos robots sociales y de servicios. Entre otros aspectos analizaremos cuestiones éticas, legales y socio-económicas relacionadas con estos robots. Pretendemos también estudiar aspectos relacionados con su certificación y regulación y desarrollar programas de formación desde pre-escolar hasta la universidad y estudios de postgrado en el ámbito de la robótica interactiva. La Comisión Europea nos ha pedido que los resultados del proyecto tengan la forma de Libro Blanco en los distintos temas tratados para asegurar un mayor impacto de los resultados.

EU Robotics es desde 2013 un “contractual PPP”. Para los que desconocen este mundo de siglas y organismos tan diversos, ¿cómo les explicaría la utilidad de los PPPs o partenariados público privados?

La Comisión Europea ha creado, en varias áreas cientifico-tecnológicas partenariados público-privados (PPP) con el fin de definir la estratégia científico-tecnólogica europea en estas áreas. En el ámbito de la robótica, la Comisión Europea se ha asociado con EU Robotics para crear SPARC, el PPP en esta área. UE Robotics es una asociación privada sin ánimo de lucro que colabora con la Comisión Europea en el marco de SPARC para definir el plan estratégico de desarrollo de la robótica para Europa. En el marco de SPARC se ha definido, por ejemplo, la agenda estratégica y el “Multi-annual Roadmap, MAR”, que define áreas prioritarias e informan las distintas convocatorias de I+D+i en H2020 para el área de la Robótica.

Tras su exitosa participación en la última convocatoria de H2020, se encuentra con tres proyectos que comienzan en enero de 2018. Como nos comentaba antes, uno de ellos es “INBOTS”, acción de coordinación y apoyo (CSA) cuyo fin es producir un Libro Blanco sobre la robótica en Europa desde diferentes puntos de vista (legal, ético, económico…). Según su opinión ¿qué área es la que está menos avanzada en este sentido? ¿Y la más desarrollada?

 

Los desarrollos científico-tecnológicos en el ámbito de la Robótica Interactiva, objeto de INBOTS, crean necesidades de regulación y certificación que a su vez se fundamentan en aspectos éticos, legales, socio-económicos. Las empresas, especialmente las PYMES, en este sector demandan medidas de soporte en el ámbito del desarrollo de modelos de negocio específicos para este sector y de formación y capacitación en las nuevas tecnologías. En paralelo es necesario educar a la sociedad en general para que tenga información objetiva de qué está ocurriendo en el ámbito de la Robótica. Todos estos aspectos están en mayor o menor medida desarrollados, de lo que se trata es de dar un enfoque estructurado.

Otro de los proyectos concedidos: “EXTEND”, es una acción de investigación e innovación (RIA) que va a desarrollar interfaces implantables con dispositivos externos. ¿Con qué tipo de personas lo van a probar? Y hasta la fecha, ¿qué tipo de discapacidades o enfermedades han tenido mejores resultados con el exoesqueleto?

 

El desarrollo de interfaces robustos, eficientes y transparentes para que los personas interactúen con la tecnología de asistencia (exoesqueletos, neuroprótesis…) es uno de los cuellos de botella que nos encontramos. Pretendemos en EXTEND desarrollar interfaces implantables con técnicas mínimamente invasivas. Los implantes se situarán en zonas periféricas (los músculos que permiten mover nuestras extremidades) y tendrán la capacidad de medir la señales bioeléctricas así como de estimular los músculos. Tenemos la intención de ensayarlos en dos aplicaciones, primero para establecer la interfaz con exoesqueletos de miembro inferior para asistir a la locomoción de personas con lesión medular, y que por tanto tiene paraplejia, y en segundo lugar para atenuar los temblores patológicos asociados a enfermedades neurodegenerativas tales como la enfermedad de Parkinson o el temblor esencial.

Según nos cuenta, normalmente llegan a fabricar el prototipo  y a realizar algunas pruebas con pacientes. ¿Con qué dificultades se suele encontrar a partir de ese momento? ¿Qué echa de menos en España, en Europa? 

Sí, los proyectos con los que trabajamos permiten alcanzar un TRL (Technology Readiness Level) en torno al 6, 7 que en términos prácticos significa que desarrollamos prototipos que ensayamos en estudios pre-clínicos con un número reducido de pacientes. Lo que se necesita es el entorno industrial y el apoyo institucional que permita desarrollar estas tecnologías, para las que se ha alcanzado el estadio de prueba de concepto, hasta el nivel de validación clínica que permitiría su comercialización, tras alcanzar un TRL9.

El tercer proyecto que le acaban de conceder “EUROBENCH” ha obtenido 8 millones de financiación, 3 millones para el consorcio y 5 millones para financiar proyectos de terceros, poniendo en práctica la denominada “cascade funding”. Es la primera vez que va a coordinar un proyecto con este tipo de financiación, ¿qué le parece en principio el sistema?

El esquema de “cascade funding” pone en manos de los consorcios la capacidad de organizar la investigación europea en un área concreta y limitada a través de la gestión de convocatorias que permiten la participación estructurada de terceras instituciones. En nuestro caso, la Comisión Europea ha puesto a nuestra disposición 5 M€ para que organicemos la participación de terceros para desarrollar un marco de referencia para la evaluación objetiva de robots que se desplazan de forma bípeda (humanoides) o que asisten a las personas a desplazarse caminando (exoesqueletos, prótesis). El sistema permite mucha flexibilidad desde el punto de vista de darnos la capacidad de priorizar líneas de investigación siendo a la vez muy garantista, es decir, aplicando los mismos principiosa que la Comisión Europea aplica en la gestión de los fondos de investigación. Como contrapartida, los consorcios han de asumir un rol mucho mayor en el ámbito de la gestión y administración.

Lleva coordinando proyectos europeos desde el V Programa Marco. ¿Ve el Programa Marco cada vez más sencillo? ¿Es cierta “la simplificación” que predica la Comisión Europea?

Como coordinador de proyectos europeos no he percibido la simplificación a la que se alude. Es posible que la simplificación sea para la gestión de los programas por parte de la propia Comisión Europea. Baste el ejemplo del proyecto al que nos acabamos de referir. Con el esquema de “cascade funding” el consorcio asume el rol de la Comisión Europea, descargándola de la labor que habitualmente desarrolla en la gestión de las convocatorias de financiación (convocatoria y publicidad de la misma, gestión de la evaluación, gestión de los contratos y seguimiento de las acciones).

En una de sus charlas sobre “el exoesqueleto” utilizó una cita de Santiago Ramón y Cajal: “todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. ¿Cree que es más fácil “esculpir el cerebro” cuando has logrado ponerte de pie?

 

El ponerse en pie, rehabilitando a una persona que ha sufrido un daño neurológico, supone esculpir no solo el cerebro sino en general su sistema nervioso central en su conjunto a través de la plasticidad neuronal que todos poseemos y que nos permite aprender. Más allá de los cambios motores asociados, el hecho de que una persona que está confinada de por vida a una silla de ruedas pueda levantarse tiene indudables beneficios psicológicos que también “esculpen nuestro cerebro”.